jueves, 6 de junio de 2013

¿QUE ES LA MUSICOTERAPIA?

La Musicoterapia es el uso de la música y/o de los elementos musicales (sonido, ritmo, melodía, armonía) por un/a Musicoterapeuta cualificado/a con un /a cliente o grupo, en un proceso destinado a facilitar y promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, la movilización, la expresión, la organización y otros objetivos terapéuticos relevantes, con el fin de atender a las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas.

 

La musicoterapia se orienta al desarrollo de potenciales y/o la restauración de las funciones del individuo de tal manera que pueda conseguir una mejor integración intrapersonal y/o interpersonal y, consecuentemente, una mejor calidad de vida, a través de la prevención, la rehabilitación o el tratamiento.

(VIII Congreso de Musicoterapia, Hamburgo 1996)



 
La musicoterapia es el uso de la música sus elementos como intervención en el contexto médico, educativo y cotidiano con individuos, grupos, familias o comunidades que quieren optimizar su calidad de vida y mejorar su salud y bienestar físico, social, comunicativo, emocional, intelectual y espiritual. La investigación, la práctica, la educación y la formación clínica en musicoterapia están basadas en estandards profesionales según cada contexto cultural, social y político.

(Federación Mundial de Musicoterapia, 2011)




 
¿Qué fines nos proponemos desde la Musicoterapia?

Para establecer los fines del proceso terapéutico, es importante partir de los deseos y necesidades de la persona o las personas a quienes vamos a acompañar, que sean ellas y ellos quienes definan sus objetivos, aunque podamos ayudarles a expresarlos o tratemos de averiguar aquello que les gustaría conseguir o que necesitan. A grandes rasgos, tratamos de facilitar en las personas que acuden a consulta o a un taller o proceso grupal:

♫   Contactar con el propio mundo interior para poder conocerse, reconocerse, expresarse, amarse y compartir la propia música interior y lo que ésta conlleva.

♫   Mejorar la relación consigo y con otras personas, llegando a conseguir una inclusión máxima.

♫   Tomar conciencia de los propios recursos, así como de las dificultades y de posibles estrategias para afrontarlas.

♫    Explorar vías para canalizar y expresar las emociones de una forma sana y lúdica.

♫    Desarrollar formas de afrontar los conflictos sin dañar ni dañarse.

♫    Mejorar la salud a diferentes niveles (psicoemocional, orgánico, cognitivo, etc.), así como la calidad de vida.

♫  Disfrutar de experiencias creativas, lúdicas, sentirse bien y poder expresarse sin temor a ser juzgado/a.

♫ Desarrollar, o bien mantener determinadas funciones (memoria, coordinación, movilidad, lateralidad, capacidad para expresarse y relacionarse...). Este objetivo es especialmente relevante en personas con problemas de lenguaje, de desarrollo, en enfermedades degenerativas, o bien en procesos como el envejecimiento.



¿Qué podemos hacer para conseguir estos fines?

Podemos apoyarnos en distintos recursos en función de la perspectiva de la que partimos, los deseos y necesidades de las personas con las que trabajamos, nuestras propias posibilidades y características. Algunas posibilidades son:







♫  Crear un espacio de bienestar y de libertad, donde cada cual se sienta a gusto para poder contactar consigo y con otras personas, donde se pueda expresar y comunicar (fundamentalmente a través de la música).

♫  Improvisación instrumental y/o vocal: al improvisar, las personas contactan y desarrollan su capacidad de jugar y de crear, una capacidad que muchas veces ha sido bloqueada por estereotipos y prejuicios. Asimismo, esto facilita conocernos a través de la música, teniendo en  cuenta la correlación entre nuestros procesos internos, nuestras relaciones y lo que expresamos.

♫  Interpretación de canciones o piezas musicales: al interpretar canciones que son o han sido significativas en nuestras vidas, tomamos fuerza, especialmente cuando cantamos en grupo. Las canciones, obras o piezas musicales que nos han ido acompañando, nos recuerdan quiénes somos y nos ayudan a expresar y compartir emociones, a recordar momentos, a recrear nuestro mundo interior a ponerlo en contacto con otras personas.

♫   Audiciones: podemos acompañar a una persona o grupo en la escucha de una pieza o canción significativa, sin más. También es posible seleccionar música editada para cualquier tipo de trabajo corporal (bailes, coreografías, expresión corporal), o bien para estimular o relajar. 

♫   Juegos musicales: nos permiten explorar, comunicarnos, disfrutar, reír y contribuir al desarrollo, refuerzo o mantenimiento de determinadas funciones (atención, memoria, coordinación). La creación de un clima de juego y diversión favorece un buen estado de ánimo.